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Los ETFs han acumulado varios billones en activos gestionados desde que sus ventajas llamaron la atención de los inversores expertos a principios de los años noventa. Su popularidad y credibilidad no han hecho más que aumentar desde entonces. A continuación vamos a explicar por qué tanto los inversores institucionales como los aficionados compran ETFs.
ETFs: 13 razones
1. Fácil: los ETFs pueden
comprarse y venderse en bolsa como cualquier otra acción.
2. Rentable: en comparación con los fondos activos las comisiones son bajas. Los fondos activos en su conjunto no consiguen superar al mercado a largo plazo después de tener en cuenta los costes, como por ejemplo, comisiones e impuestos. Mientras que los ETFs pretenden igualar la rentabilidad del mercado menos los costes. El efecto compuesto negativo de los costes más elevados del dinero activo significa que los ETFs equivalentes suelen ganar con el tiempo.
3. Diversificación y gestión del tiempo: poseer un ETF te da exposición a docenas, cientos o incluso miles de valores que cubren toda
clase de activos. Es una solución rápida al problema de intentar elegir ganadores y perdedores constantemente. En lugar de intentar predecir el mercado, simplemente te adueñas del mercado.
4. Transparente: siempre se sabe lo que hace un ETF. Está diseñado para replicar los rendimientos de su índice de mercado declarado, por lo que su rendimiento debería coincidir con el rendimiento de ese índice después de costes y errores de seguimiento. Puede consultar las participaciones y exposiciones de su índice en cualquier momento en su página web.
5. Elección y control: en España cotizan más de 2400 ETFs. Te permiten invertir en todos los países, regiones, sectores y clases de activos que necesites. De las inversiones éticas a la inteligencia artificial, de los metales preciosos a la genómica, los ETFs te permiten invertir en el futuro de todo el mundo.
6. Seguro: las grandes entidades financieras muy capitalizadas, como BlackRock, Vanguard, HSBC y State Street son las que proporcionan los ETFs. En el caso improbable de que alguna de estas empresas quiebre, existen normativas y sistemas de indemnización de ámbito europeo para proteger tus activos.
7. Líquido: los ETFs se pueden negociar cuando se desee durante el horario normal de la bolsa. A diferencia de los fondos tradicionales que solo pueden negociarse una vez al día.
8. Comisiones de negociación bajas: con algunos brókeres se pueden realizar operaciones sin comisiones, con otros se pueden hacer planes de inversión regulares muy baratos.
9. Asequible: la negociación fraccionaria hace posible que se pueda comprar un ETF desde tan solo 1 € con algunos brókeres. Otros brókeres solicitan una contribución mínima de 25 € o 50 €.
10. Fácil de entender: la inversión en bolsa es mejor dejarla en manos de profesionales, pero incluso los fondos activos requieren mucha investigación, y además nunca se sabe con certeza cómo está gestionando el gestor el dinero. Sin embargo, los ETFs son extremadamente sencillos incluso para los inversores sin experiencia. Todo lo que necesitas saber sobre un ETF está publicado en su página web.
11. Se obtienen dividendos: se pueden sacar grandes beneficios del rendimiento natural de una cartera de ETFs que paguen dividendos elevados. A menores costes, más ingresos se obtienen.
12. Claridad: el precio del ETF suele mantenerse próximo al valor real de sus activos. A diferencia de los fondos de inversión, los ETFs no sufren del riesgo adicional de cotizar con prima o descuento respecto a sus activos subyacentes.
13. Fácil de comparar: el sector de los ETFs cuenta con numerosos operadores que compiten por reducir los costes de los productos y lanzar ofertas innovadoras. A través de justETF puedes analizar y comparar rápidamente y muy fácilmente costes, rentabilidad y riesgo de los ETFs para que puedas tomar la decisión correcta para tu cartera.
¿Son siempre los ETFs la mejor opción?
Efectivo: si deseas tener efectivo, suele ser mejor tenerlo en una cuenta de ahorro que en un ETF. Una cuenta de depósito competitiva debería devengar un tipo de interés más alto, no habrá comisiones de negociación y el nivel máximo de remuneración es mayor para el efectivo en el banco que para un proveedor de ETF.
Tentación de comerciar en exceso: muchos operadores (incluidos los hedge funds) utilizan ETFs. Pero una negociación excesiva puede aumentar los costes y reducir potencialmente los beneficios. A algunas personas les resulta más fácil comprar y mantener utilizando un ETF menos flexible. Si ese es tu caso, un fondo de inversión podría encajar mejor.
No siempre es más barato: en ocasiones, el fondo indexado o fondo índice de menor coste será un poco más barato que su equivalente en ETF (fondo cotizado). Esto es algo que hay que tener en cuenta en mercados bien servidos, como los que siguen a FTSE 100.
Productos de alto riesgo: los ETFs apalancados e inversos son inversiones muy especializadas destinadas principalmente al corto plazo por parte de agentes institucionales. Nuestro consejo es que solo inviertas en este tipo productos, si estás absolutamente seguro de comprender los riesgos.
Sin liquidez: aunque la mayoría de los ETFs son muy líquidos, algunos ETFs pequeños y especializados solo pueden negociarse esporádicamente. Bajos volúmenes de negociación pueden llevar a un costoso diferencial entre oferta y demanda. En este caso, un fondo de inversión podría ser una alternativa mejor.
No hay rendimiento superior: el objetivo de un ETF es igualar la rentabilidad de su índice. Invertir tu dinero con un gestor de fondos activo podría beneficiarte más de forma periódica, sobre todo si tienes suerte. Sin embargo, en contra de esta esperanza está la firme constatación de numerosos estudios de que los fondos activos no consiguen superar a los productos indexados en conjunto.
La ventaja decisiva
El aumento de la popularidad de los ETFs no es casual. La mayoría de los inversores consideran que una cartera de ETFs les permite ejecutar fácilmente su estrategia de inversión, tanto si quieren crear riqueza como vivir de las rentas. Naturalmente, siempre es mejor investigar primero. Nuestras
herramientas de selección son una buena manera de empezar.